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6.- ahora si, ¡Bienvenido a Amandel! parte 3

  Juan y Sisco salieron del hotel, y solo tuvieron que caminar una cuadra para llegar al registro sibil.

  El lugar era bastante común: pisos de cerámica blanca con algunos brillos esporádicos, paredes pintadas de blanco con marcas de manos y garras de personas que se habían apoyado contra ellas en horas punta, y 7 mostradores de atención al cliente enchapados con melamina azul uniforme, de los cuales solo 2 estaban ocupados por empleados.

  Uno de ellos tenía aspecto de pez, con escamas de color plateado brillante, y tenía delante un letrerito que decía "caja cerrada". La otra empleada era algo así como lo que te imaginas al decir trol, solo que tenía un pelaje similar al de un cervatillo y unos cuernos con aspecto de pala que se extendían a ambos lados de su hocico, también similar al de un ciervo pero más afilado. Por algún motivo que no podía identificar, le parecía indudablemente femenina. Ella hablaba con un humanoide de piel y pelaje azul profundo, con patas y cuatro manos, todos digitígrados.

  Aquí pudo reconocer por primera vez que el tono con el que escuchaba la conversación y el contexto no concordaban. La persona digitígrada tenía un lenguaje corporal que parecía agresivo, y la chica parecía cansada. Vaya, un típico cliente que se cree importante discutiendo con un empleado al que no le importa, pero sus voces no denotaban absolutamente ninguna emoción. Bueno, ya estaban ocupándose de eso.

  La primera cosa a destacar era que los asientos para esperar tenían demasiadas formas, pero Sisco simplemente levantó uno que parecía un tapete con ganchos acolchados en el respaldo y lo enganchó junto a una silla de aspecto normal en la que invitó a Juan a sentarse para esperar.

  Una vez sentado, descubrió que la sala de espera no era tan normal como esperaba. En vez de techo había un montón de tuberías translúcidas de unos 2 metros de diámetro cada una, por las que cientos de personas iban y venían. Sobre la primera capa de tuberías pudo ver una gran pecera que hacía eco de la sala en la que se encontraba.

  Había pasamanos y ganchos cristalinos en vez de sillas para esperar, y mostradores que parecían plásticos en vez del mesón de maciza que ellos tenían, pero la gran diferencia era que esta versión submarina estaba repleta, tanto la parte de atención como la sala de espera.

  Juan se perdió mirando cómo los empleados entraban por los tubos y nadaban acarreando papeles, rocas, cristales, tarjetas e incluso troncos con distintos tipos de escritura en ellos.

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  Antes de que se diera cuenta, Sisco lo sacó de su contemplación. él ya había hablado con la chica ciervo, y lo estaban esperando para continuar con el proceso.

  *"Hola, soy Korrika, puedes llamarme Kor. Te ayudaré a escoger y configurar tu cristal de identidad, pero antes de eso noto por tu mirada que tienes muchas dudas respecto a lo que está sucediendo. Puedes preguntar cualquier cosa con toda confianza."*

  Se presentó la cierva.

  Sin perder la oportunidad, Juan preguntó lo que le carcomía el cerebro desde que entró allí.

  "?Por qué tengo la sensación de que tú eres mujer?"

  Después de un segundo, ella empezó a gorjear y mover la cabeza, mientras Sisco empezó a agitarse. Ella parecía... ?Alegre? ?Por qué?...

  "Sisco, ?ella se está riendo, cierto?" preguntó en voz baja acercándose al arbusto.

  -"Sí, lo lamento. Es solo que en su cultura esa frase la usan los ancianos para coquetear."- respondió la planta.

  A continuación, Kor se disculpó y explicó:

  *"En mi especie, machos y hembras solo nos diferenciamos por algunos órganos internos, por lo que culturalmente, acostumbramos tener lenguajes corporales muy marcados para dar a entender nuestro sexo. Cuando mis antepasados llegaron aquí, esta costumbre les permitió entrenar su ki con bastante facilidad, lo que exacerbó aún más el rasgo. De hecho, cuando tienes el nivel suficiente puedes comunicarte con él de manera muy explícita, lo que usualmente incluye mostrar tu identidad para que el resto te reconozca.

  Probablemente, tú o tu especie tengan una percepción de ki especialmente buena, ya sea por naturaleza o cultura. Además de eso, seguramente mi caso haya resaltado porque mi ki está sobre el promedio. Probablemente sobrepasó el bloqueo encantado en tu traductor de recién llegado."*

  "?Bloqueo? ?Quieres decir que hay muchas cosas que eso no me deja escuchar?"

  -"No exactamente. Como te explicaba antes, hay una cantidad exorbitante de métodos de comunicación. Si tomamos como ejemplo solo la comunicación por medio de luces, podría enumerar el parpadeo rítmico de una luz, la secuencia de colores de esa misma luz, la velocidad con la que esa luz cambia de color o intensidad. Como el collar es comparativamente simple, traduce todo lo que el usuario perciba, no es selectivo. Era muy común que los recién llegados tuvieran su primera muerte porque su nodo mental se sobrecargaba.

  Para solucionar eso, se incorporó el bloqueo, que impide que tú, y por extensión el aparato, recibas comunicaciones que no van dirigidas a ti y para las que no estás adaptado por naturaleza.

  Sin embargo, si la energía de la comunicación es muy alta, puede sobrepasar el bloqueo. El aparato, en cualquier caso, está configurado para traducir vía audio, por lo que no traducirá cosas que no se pueden expresar en tu idioma, como por ejemplo, la sensación de femineidad." - respondió Sisco.

  *"Bueno, bueno, no hay por qué preocuparse por eso. Hoy en día casi todos los traductores le permiten al usuario seleccionar conscientemente qué tipo de comunicación desea o no desea entender.

  Pero Sisco te ense?ará cómo usarlo cuando consigas uno. Por el momento, continuemos con tu registro.*"

  Kor los guió por una puerta detrás del mesón.

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