El refugio estaba más silencioso de lo habitual mientras el grupo procesaba lo que habían descubierto. La se?al externa vinculada a las iniciales R.K. había cambiado por completo el panorama. Singularidad ya no era el único enemigo; ahora había alguien más que parecía tener un conocimiento profundo del sistema.
Casey observaba el mapa en la pantalla, sus ojos fijos en el punto rojo parpadeante que marcaba la ubicación de la se?al. La instalación subterránea estaba a cientos de kilómetros, una distancia que haría difícil llegar sin llamar la atención de Singularidad o de cualquier otra cosa que pudiera estar acechando en el camino.
“Es un suicidio,” murmuró finalmente, rompiendo el silencio. “Intentar llegar hasta ahí... Singularidad nos rastreará antes de que lleguemos a la mitad.”
“Lo sé,” respondió Iris, sin apartar la vista del mapa. “Pero si dejamos que esta se?al continúe sin investigarla, podríamos estar dejando que alguien reactive todo lo que intentamos destruir.”
Lee, que revisaba los datos en un terminal auxiliar, se giró hacia ellos. “Podríamos tomar un enfoque indirecto. No necesitamos llegar directamente a la instalación de inmediato. Si conseguimos desactivar algunos nodos en el camino, podríamos reducir la capacidad de Singularidad para rastrearnos.”
“?Y cuánto tiempo nos daría eso?” preguntó Casey.
“No lo suficiente,” respondió Iris, tajante. “Pero más tiempo del que tenemos ahora. Cada nodo que eliminemos ralentizará la respuesta de Singularidad y nos permitirá movernos con menos restricciones.”
Casey se dejó caer en una silla, pasando las manos por su rostro. “Así que estamos hablando de otra serie de misiones arriesgadas antes de llegar al verdadero objetivo. ?Y qué pasa si R.K. ya logró lo que quería para cuando lleguemos? ?Qué pasa si es demasiado tarde?”
“Entonces fallaremos,” dijo Iris, con una frialdad que lo desconcertó. “Pero no intentarlo sería aún peor.”
El silencio volvió a llenar el refugio, solo roto por el zumbido de los equipos. Casey sabía que tenía razón, pero no podía evitar sentir que estaban avanzando hacia algo que no entendían por completo.
Horas después, el grupo se reunió alrededor de una mesa improvisada. Sobre ella descansaban varios mapas físicos, junto con la pantalla holográfica que mostraba las ubicaciones de los nodos secundarios y la instalación de R.K.
Lee tomó la palabra, se?alando el primer nodo marcado en el mapa. “Este es nuestro primer objetivo. Está a unos cincuenta kilómetros al este, en una estación de energía abandonada. Singularidad lo utiliza para reforzar la red en esta región. Si lo desactivamos, reduciremos su capacidad de rastreo en un 20%.”
“?Y cómo sabemos que no habrá 'imports' esperándonos allí?” preguntó Casey.
“No lo sabemos,” respondió Iris, sin rodeos. “Pero es una posibilidad que tenemos que asumir. Si nos movemos rápido y usamos el inhibidor, podremos desactivarlo antes de que respondan.”
Casey negó con la cabeza, mirando el resto del mapa. “?Y después? ?Seguimos desactivando nodos hasta que tengamos una línea directa a la instalación de R.K.?”
“Ese es el plan,” confirmó Lee. “Pero cada nodo que desactivemos hará que Singularidad se vuelva más agresiva. No será un camino fácil.”
Iris cruzó los brazos, su mirada fija en Casey. “?Estás listo para esto? Porque si no lo estás, dímelo ahora. No podemos darnos el lujo de tener a alguien dudando en medio de la misión.”
“Estoy listo,” respondió Casey, aunque la inseguridad en su voz era evidente.
“Más te vale,” dijo Iris, con un tono que no dejaba espacio para discusiones.
El camino hacia el nodo secundario fue rápido y silencioso. El grupo se movió a través de caminos ocultos y túneles abandonados, utilizando cada recurso a su disposición para evitar ser detectados.
Cuando finalmente llegaron a la estación de energía, Casey sintió un escalofrío al ver las luces parpadeantes y los cables que sobresalían de las paredes, como si la propia instalación estuviera viva.
“Ahí está,” dijo Iris, se?alando un terminal en el centro de la sala principal. “Ese es el nodo. Casey, tú te encargas de la conexión. Lee y yo cubriremos las entradas.”
Casey asintió, avanzando hacia el terminal mientras los otros se posicionaban estratégicamente. El zumbido de las máquinas llenaba el aire, y cada paso parecía resonar demasiado fuerte en el silencio.
Conectó su dispositivo al terminal y activó los nanobots en su sistema. La oleada de datos lo golpeó de inmediato, pero esta vez estaba más preparado. Sabía lo que buscaba: las líneas de código que sostenían la conexión de ese nodo con el resto de la red de Singularidad.
“Apresúrate,” dijo Iris desde su posición cerca de la entrada. “No tardarán en darse cuenta de que estamos aquí.”
Casey ignoró el comentario, concentrándose en su trabajo. Finalmente, encontró el punto clave y comenzó a desactivar las conexiones.
Entonces lo sintió.
Una presencia.
No era Singularidad. Era algo más. Algo que se movía dentro de la red con una precisión inquietante.
“Hay algo aquí,” murmuró, sin apartar la vista de los datos. “Algo que no pertenece a Singularidad.”
“?Qué estás diciendo?” preguntó Lee, acercándose ligeramente.
“Es como si alguien más estuviera monitoreando este nodo. Pero no puedo... no puedo identificarlo.”
Antes de que pudiera explicar más, una alarma se activó en la instalación, y el sonido de pasos metálicos llenó el aire.
“?Imports!” gritó Iris, levantando su arma. “?Casey, termina con eso ahora!”
Casey aceleró su trabajo, desconectando el nodo justo cuando los primeros 'imports' entraban en la sala. Iris abrió fuego, cubriendo su retirada mientras Lee lanzaba un dispositivo de interferencia para ralentizar a las máquinas.
“?Muévanse!” gritó Iris, mientras el grupo corría hacia la salida.
Cuando finalmente estuvieron a salvo, lejos de la estación, Casey se detuvo, jadeando. “Lo sentí de nuevo,” dijo, con la voz temblorosa. “La se?al. Era R.K. Estoy seguro.”
“?Y qué hacía ahí?” preguntó Iris, limpiando el sudor de su frente.
“No lo sé,” respondió Casey. “Pero está usando la red de Singularidad para algo más. Y creo que sabe que estamos aquí.”
El grupo intercambió miradas tensas. La misión acababa de complicarse aún más.
El refugio estaba en completo silencio cuando el grupo regresó. Las luces parpadeaban tenuemente, y el zumbido del generador llenaba el aire con un ruido bajo y constante. Casey dejó caer su mochila en el suelo y se hundió en una silla, su mente aún girando por lo que había sentido en la red.
Iris cerró la puerta tras ellos, asegurándose de activar todos los sistemas de bloqueo antes de girarse hacia el grupo. Su rostro estaba endurecido por la tensión, pero su voz era controlada.
“Lo que sea que hayas sentido, Casey,” comenzó, cruzando los brazos, “no cambia nuestra misión. Singularidad sigue siendo nuestra prioridad.”
“?No cambia nuestra misión?” Casey levantó la vista, su tono cargado de incredulidad. “Iris, esa se?al estaba dentro del nodo. No era Singularidad. ?Qué pasa si R.K. está interfiriendo con nosotros a propósito? ?Qué pasa si sabe exactamente lo que estamos haciendo?”
“?Y qué sugieres que hagamos?” replicó Iris, su mirada afilada. “?Dejar todo y perseguir un fantasma? Singularidad está activa, Casey. R.K. podría ser un problema, pero si perdemos el enfoque ahora, no habrá un mundo para preocuparnos por quién está detrás de esa se?al.”
“?Tal vez no sea un fantasma!” respondió Casey, poniéndose de pie. “Tal vez R.K. sea la clave para entender cómo detener todo esto. Si sabe tanto sobre la red como parece, podríamos necesitarlo.”
“?Y si es él quien está intentando reactivar Singularidad?” intervino Lee, su tono más calmado pero igualmente grave. “Lo que sentiste, Casey, podría ser un intento de manipularnos. No podemos confiar en esa se?al hasta que sepamos más.”
Casey apretó los dientes, frustrado. Sabía que ambos tenían puntos válidos, pero algo en su interior le decía que no podían ignorar lo que había sucedido en el nodo.
Iris suspiró, dejando caer los brazos a sus costados. “Mira, Casey, no estoy diciendo que ignoremos esto por completo. Pero necesitamos un plan, no impulsos. R.K. puede esperar. Singularidad no.”
Casey asintió con desgana, aunque no estaba completamente convencido. Su conexión con la red lo hacía sentir que había algo más profundo detrás de la se?al, algo que necesitaban entender antes de que fuera demasiado tarde.
Horas después, el grupo se reunió alrededor de la consola principal. Iris había comenzado a analizar los datos recopilados del nodo, buscando cualquier indicio sobre las actividades de R.K. y cómo podrían afectar su misión.
“Hay algo aquí,” dijo finalmente, se?alando la pantalla. “La se?al de R.K. no solo estaba usando el nodo para transmitir información. También estaba recolectando datos de Singularidad. Parece que está buscando algo específico.”
“?Qué tipo de datos?” preguntó Lee, inclinándose hacia la pantalla.
“Movimientos de nodos, patrones de sincronización... incluso registros de actividad de 'imports',” respondió Iris. “Es como si estuviera construyendo un mapa de toda la red.”
Casey se acercó, observando la pantalla con atención. “?Podría estar intentando rastrear algo dentro de Singularidad? Tal vez una parte del núcleo que no conocemos.”
“Es posible,” admitió Iris. “Pero si es así, ?por qué no ha hecho contacto con nosotros? Si R.K. realmente está del mismo lado, debería habernos buscado.”
“Tal vez no confía en nosotros,” sugirió Lee. “O tal vez sus objetivos no están alineados con los nuestros.”
El silencio cayó sobre el grupo mientras procesaban esa idea. Si R.K. estaba buscando algo dentro de la red, sus intenciones podían ser tanto una amenaza como una oportunidad.
Finalmente, Casey habló. “Necesitamos saber más. No podemos seguir moviéndonos a ciegas. Si R.K. está recopilando información de Singularidad, tal vez podamos interceptar sus transmisiones en otro nodo.”
Stolen story; please report.
“?Y arriesgarnos a una trampa?” preguntó Iris, levantando una ceja.
“Es un riesgo,” admitió Casey, “pero no tenemos otra opción. Si R.K. está tan involucrado como parece, necesitamos entender qué está haciendo antes de que sea demasiado tarde.”
Lee asintió lentamente. “Podemos ajustar nuestro próximo movimiento. Si encontramos otro nodo que esté siendo utilizado por R.K., podríamos recopilar más información sin desviarnos demasiado de nuestra misión principal.”
Iris suspiró, claramente incómoda con la idea, pero finalmente asintió. “De acuerdo. Pero si esto se convierte en un obstáculo, lo dejamos. Singularidad sigue siendo nuestra prioridad.”
La siguiente misión los llevó a un nodo ubicado en una antigua planta de procesamiento, un lugar que había sido abandonado mucho antes de que Singularidad comenzara a expandirse. El edificio estaba cubierto de vegetación, con ventanas rotas que dejaban entrar la luz de la luna.
“Esto debería ser rápido,” dijo Iris mientras avanzaban hacia la entrada. “El nodo aquí está en desuso, lo que significa que no debería estar tan bien protegido. Pero manténganse alerta.”
Casey asintió, aunque su mente estaba fija en lo que podrían encontrar. Si R.K. había estado utilizando este nodo, tal vez finalmente conseguirían una pista clara sobre quién era y qué buscaba.
Al llegar al terminal, Casey conectó su dispositivo y activó los nanobots en su sistema. La conexión fue instantánea, y de nuevo sintió esa extra?a presencia en la red. Era diferente a Singularidad, menos mecánica y más... humana.
“Es R.K.,” murmuró, sus dedos moviéndose rápidamente mientras navegaba por los datos. “Está aquí. Está usando este nodo para transmitir algo.”
“?Qué está transmitiendo?” preguntó Iris, acercándose a él.
Casey frunció el ce?o mientras revisaba la información. “Parece ser... un mensaje. No dirigido a nosotros, sino a alguien más. Está usando un protocolo que no reconozco.”
Antes de que pudiera decir más, una alerta apareció en la pantalla. Conexión detectada.
“?Nos encontraron!” gritó Iris, levantando su arma.
El sonido de pasos metálicos llenó la planta, y Casey supo que estaban a punto de enfrentarse a algo más que un simple nodo.
El silencio en el refugio se rompió con el sonido de un golpe seco. Iris había cerrado su pu?o contra la mesa, su mirada afilada recorriendo a Casey y Lee.
“?Cuánto tiempo tenemos antes de que Singularidad o R.K. nos encuentren?” preguntó, su tono severo.
Lee exhaló con pesadez. “No lo sé. Pero si logramos descifrar todo el archivo, podríamos adelantarnos.”
Casey asintió, sintiendo la presión sobre sus hombros. Sabía que cada segundo contaba.
“Entonces no podemos quedarnos aquí,” dijo Iris, tomando su mochila y ajustando su chaqueta. “Después del ataque en la planta, es cuestión de tiempo antes de que localicen este lugar. Tenemos que movernos.”
Lee frunció el ce?o. “No es tan simple. No tenemos otro refugio seguro. Y sin acceso estable a la red, nos será imposible rastrear la ubicación exacta del Nodo Alfa.”
“Entonces encontramos una solución,” dijo Casey. “No podemos quedarnos a esperar que nos cacen.”
Iris se cruzó de brazos. “Lo que necesitamos es un sitio donde no puedan rastrearnos fácilmente. Un lugar fuera de su alcance.”
Casey recordó algo que R.K. había mencionado en su mensaje anterior.
“Los distritos subterráneos,” dijo en voz alta. “Si todavía existen, podrían ser nuestro mejor escondite.”
Lee parpadeó, sorprendido. “?Los distritos subterráneos? Pensé que habían sido destruidos después del colapso del sistema central.”
“No completamente,” dijo Casey. “He leído informes de que algunos túneles todavía están intactos. Y si R.K. está operando desde las sombras, es posible que haya usado uno de esos lugares como base.”
Iris miró a Casey con atención, evaluando la propuesta.
“Si ese lugar sigue en pie, podría ser útil,” admitió. “Pero también podría estar plagado de 'imports' o peor aún… ser una trampa.”
Casey tragó saliva. Sabía que cualquier movimiento era arriesgado, pero quedarse quietos lo era aún más.
Lee se rascó la cabeza, visiblemente indeciso. “Si vamos, tendremos que hacerlo con equipo mínimo. Y no podemos confiar en que las conexiones de red funcionen ahí abajo.”
Iris suspiró. “Entonces nos preparamos. Reunimos lo que podamos y nos movemos en cuanto estemos listos.”
Casey sintió un nudo en el estómago, pero asintió. No había vuelta atrás. Su única opción era adelantarse a R.K. y asegurarse de que Singularidad no volviera a despertar.
El tiempo se estaba agotando.
Los distritos subterráneos eran un vestigio de una era anterior, cuando las ciudades habían crecido sin control y se habían construido niveles enteros de infraestructura bajo tierra. Cuando Singularidad tomó el control, muchos de estos espacios fueron abandonados o sellados, volviéndose ruinas tecnológicas donde la red apenas tenía presencia.
Casey, Iris y el Dr. Lee estudiaban un mapa digital proyectado en la mesa del refugio.
“Los registros indican que este sector,” dijo Casey, se?alando una intersección entre túneles, “fue utilizado como un nodo secundario de procesamiento de datos antes del colapso. Si R.K. está operando en algún lugar, podría haber usado este sitio para ocultarse.”
Lee ajustó sus lentes y amplió la proyección. “Es un riesgo. No sabemos en qué estado se encuentran esas estructuras, y si están fuera de la red, no podremos monitorear se?ales en tiempo real.”
Iris cruzó los brazos. “Eso significa que tampoco podrán rastrearnos fácilmente. Puede que sea el escondite perfecto… o una trampa.”
Casey exhaló. “Si R.K. pudo acceder a los servidores antiguos, tal vez haya más información sobre el Nodo Alfa. Tenemos que arriesgarnos.”
Lee no parecía convencido, pero finalmente asintió. “Necesitaremos máscaras de filtrado. Algunas de estas zonas pueden estar contaminadas.”
“Y armamento,” agregó Iris. “Si hay imports patrullando, tendremos que enfrentarlos.”
Casey miró de nuevo el mapa, sintiendo un escalofrío. Los distritos subterráneos no solo eran un refugio olvidado. También eran un cementerio de tecnología.
Y pronto, ellos entrarían en sus entra?as.
Mientras descendían por el túnel hacia los distritos subterráneos, el aire se volvía cada vez más denso y cargado con el olor metálico de la oxidación. Las luces intermitentes en las paredes revelaban pasillos derruidos, cubiertos de cables viejos y estructuras colapsadas.
Iris avanzaba con cautela, su arma en alto. Casey sostenía el dispositivo de rastreo, tratando de captar cualquier se?al de actividad. Lee, por su parte, verificaba constantemente los filtros de sus máscaras.
“No me gusta esto,” murmuró Iris. “Es demasiado silencioso.”
Casey revisó el escáner de calor. Nada. Pero eso no significaba que estuvieran solos.
De repente, un ruido sordo retumbó a su izquierda. Casey giró en seco, apuntando la linterna de su equipo hacia un pasillo colapsado. El eco del sonido se desvaneció en la penumbra.
“Algo está aquí,” dijo en voz baja.
Lee consultó su dispositivo y su rostro se tensó. “Hay una fluctuación en las se?ales cercanas. Singularidad podría haber dejado algún sistema en modo latente.”
Iris se adelantó con pasos sigilosos, pero en cuanto cruzó la entrada de un corredor lateral, el suelo bajo ella se resquebrajó. En una fracción de segundo, se dejó caer de espaldas y rodó fuera del camino justo antes de que una sección del pasillo colapsara con un estruendo ensordecedor.
“?Trampas!” exclamó Casey, ayudándola a levantarse.
Antes de que pudieran reaccionar, un sonido mecánico se activó en lo profundo del túnel. Casey giró la vista justo a tiempo para ver una silueta metálica emerger de la oscuridad.
Un import.
Pero este no era como los anteriores. Su cuerpo estaba cubierto de placas reforzadas y sus ojos emitían un brillo rojizo intenso. Su brazo derecho, más voluminoso de lo normal, se abrió en segmentos para revelar un ca?ón integrado.
Lee maldijo entre dientes. “No es un modelo estándar… Singularidad aún tiene operativos aquí.”
El import giró su cabeza hacia ellos y su ojo rojo pulsó con intensidad. La voz mecánica resonó en el pasillo:
“INTRUSOS DETECTADOS. PROCEDIMIENTO DE ELIMINACIóN INICIADO.”
Iris reaccionó primero. Levantó su arma y disparó, pero los proyectiles rebotaron en la coraza del import sin causar da?o visible.
“?Corre!” gritó, empujando a Casey hacia el túnel más cercano.
El import disparó su ca?ón y una ráfaga de plasma impactó contra la pared, desintegrando parte del metal con un estruendo ensordecedor.
Casey corrió detrás de Lee mientras Iris cubría la retirada. Se adentraron en la mara?a de túneles sin saber qué encontrarían al otro lado.
Pero una cosa era segura: Singularidad todavía tenía garras en estas profundidades.
Los pasos de Casey resonaban en el suelo de metal corroído mientras corrían por los túneles. Detrás de ellos, el sonido mecánico del import seguía su rastro, cada pisada un recordatorio de que no podían darse el lujo de detenerse.
Iris disparaba en ráfagas cortas, tratando de ganarles tiempo, pero la coraza del import absorbía los impactos sin problemas.
“?Este no es un modelo normal, es un rastreador!” gritó Lee, revisando rápidamente su dispositivo. “Nos está siguiendo por las se?ales térmicas y cinéticas.”
“?Qué significa eso?” jadeó Casey mientras giraban en una intersección.
“Que mientras estemos en movimiento, nos encontrará.”
El rugido del ca?ón del import volvió a sonar, y un chorro de plasma impactó en una viga sobre ellos, desprendiendo escombros.
Iris maldijo y se detuvo en seco. “Tenemos que apagar nuestras se?ales.”
Lee se?aló una compuerta lateral, parcialmente bloqueada por escombros. “Ahí dentro. Si conseguimos reducir nuestra firma de calor, podríamos despistarlo.”
No tenían otra opción. Casey e Iris se apresuraron a mover los restos de metal lo suficiente para colarse dentro. Lee entró de último y empujó la puerta detrás de él, apagando de inmediato su dispositivo y los de los demás.
El lugar estaba oscuro, con un hedor a moho y maquinaria oxidada. Parecía una estación de mantenimiento olvidada. Casey contuvo la respiración, escuchando.
El sonido de los pasos del import se detuvo afuera.
El silencio era asfixiante. Casey sintió una gota de sudor recorrer su sien.
Entonces, el import habló con su tono mecánico:
“ANALIZANDO… RASTRO TéRMICO PERDIDO. PROBABILIDAD DE PRESENCIA: 76%.”
Unos segundos de tensión absoluta pasaron mientras el import escaneaba el área.
“Si se queda mucho tiempo, nos descubrirá,” susurró Iris apenas audible.
Lee tocó el hombro de Casey y le pasó su dispositivo. En la pantalla parpadeaban coordenadas y un mensaje: Acceso a infraestructura oculta en 500 metros. Alternativa de escape viable.
Casey asintió. La única forma de salir de esto era moviéndose antes de que el import se adaptara.
El sonido metálico de los pasos del import comenzó a alejarse. No había detectado su presencia con certeza.
Casey exhaló muy lento.
Lee hizo un gesto. “Nos movemos en cuanto se aleje.”
Pero justo cuando Casey pensaba que habían logrado evadirlo, un ruido suave pero inconfundible sonó en la habitación.
Un escáner ocular encendiéndose.
El corazón de Casey se detuvo. Giró la cabeza lentamente hacia una esquina oscura de la sala… y vio una luz roja parpadeando entre los restos de chatarra.
Otro import estaba allí.
Inactivo… hasta ahora.
El parpadeo rojo iluminó la penumbra con un brillo inquietante. Casey sintió un escalofrío recorrerle la espalda cuando los sistemas del import comenzaron a activarse. No había duda: habían entrado en una trampa sin darse cuenta.
Iris reaccionó primero, deslizándose detrás de una tubería para ganar cobertura, mientras Lee escribía frenéticamente en su dispositivo, buscando una forma de interferir con la se?al del import antes de que alertara a los demás.
Casey apretó los dientes. Sabía que si ese import lograba transmitir su ubicación, no tendrían escapatoria.
El sonido del sistema arrancando se intensificó. Casey vio cómo las extremidades del import se activaban con movimientos espasmódicos, ajustando su postura. Solo unos segundos más y estaría completamente operativo.
Sin pensarlo, Casey se lanzó hacia el dispositivo de Lee y activó un comando que no estaba seguro de comprender del todo.
"Sobrecarga de se?al ejecutada."
El import tembló. Sus luces rojas parpadearon con más intensidad… y luego se apagaron por completo.
El silencio volvió a llenar el espacio.
Lee lo miró con una mezcla de asombro y terror. “?Qué hiciste?”
Casey se quedó mirando el dispositivo en su mano. “No lo sé…”
Antes de que pudieran procesarlo, Iris ya estaba en movimiento. “No importa. Tenemos que irnos. Ahora.”
Sin más discusión, abrieron la salida trasera de la sala y se deslizaron fuera, adentrándose en la oscuridad de los túneles. Sabían que solo habían ganado unos minutos, quizás menos.
El escondite ya no era seguro. Singularidad estaba tras ellos.
Debían encontrar un nuevo refugio… antes de que fuera demasiado tarde.
?Y hasta aquí el capítulo de hoy!
?Qué les pareció? En este punto de la conversación, las ideas están más claras que nunca, pero también surgen nuevas preguntas.
No olviden dejar sus comentarios y compartir sus teorías. Nos vemos en el próximo capítulo. ?Gracias por leer!